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Estigma y enfermedad mental

1203963248_extras_ladillos_1_01El papel de los medios de comunicación

18-mar-2010 José Miguel Campos Rodríguez

El estigma y el prejuicio asociados a la enfermedad mental continúan siendo una realidad. Los medios de comunicación, herramientas clave para combatirlos.

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La enfermedad mental continúa siendo una de las condiciones más estigmatizadas por la sociedad. El rechazo personal y laboral que sufren estas personas son algunas de sus consecuencias. Los medios de comunicación juegan un papel clave a la hora de informar verazmente sobre la enfermedad mental, de modo que los prejuicios asociados a ella no sigan proliferando entre nosotros.

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¿Qué es el estigma?

Tal y como definió el sociólogo Erving Goffman en 1963, el estigma es un atributo o condición que hace que su portador sea incluido en un grupo social que despierta rechazo y es contemplado como inferior por parte del resto de la sociedad. Existen estigmas físicos, como las deformidades o las amputaciones; y psicológicos o del comportamiento, como la delincuencia o la prostitución.

Otra de las características del estigma es que el individuo que lo padece tiende a ser visto por los demás únicamente desde el prisma de su condición, como un mero estereotipo. Así, una persona ciega es, principalmente, un ciego; y una persona con problemas de salud mental es, por encima de cualquier otra faceta de su vida (aun las más positivas), un simple loco.

El psicólogo Otto F. Wahl pone de manifiesto la siguiente contradicción: en el tiempo en que vivimos, caracterizado por la corrección política hacia todo tipo de colectivos, los enfermos mentales continúan siendo sistemáticamente estigmatizados.

Y si echamos un vistazo a nuestro alrededor, podemos darnos cuenta de ello: los chistes sobre “locos”, las continuas noticias en prensa sobre enfermos mentales que cometen asesinatos o el simple rechazo que despierta cualquier persona que lleva a cabo comportamientos “poco normales” (por ejemplo, en el trabajo o en los grupos de amigos) son buena prueba de ello.

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En definitiva, los enfermos mentales no sólo tienen que enfrentarse a los malestares propios de su enfermedad, sino que, además, tienen que luchar contra el rechazo que despierta su condición.

Las consecuencias del estigma

La Asociación El Puente, en conjunción con Obra Social Caja Madrid, ha presentado recientemente las conclusiones de un estudio sobre el estigma asociado a la enfermedad mental. Éstas son algunas de ellas:

  • La mayor parte de la gente considera que los enfermos mentales son peligrosos.
  • En el ámbito laboral, sólo un 5% de las personas con enfermedad mental consigue un empleo estable.
  • Sólo el 14% de los enfermos mentales crónicos tiene pareja estable y el 18% afirma no tener ningún amigo.
  • El 56% de la población confunde “enfermedad mental” con “retraso mental”.

Lo cierto es que éstas y otras ideas se encuentran muy arraigadas en la sociedad, pese a que, en términos generales, no se corresponden con la realidad.

Violencia y enfermedad mental

Lamentablemente, éste es uno de los prejuicios más extendidos sobre las personas diagnosticadas con alguna enfermedad mental. Changing Minds (Cambiando los conceptos) es una iniciativa del Royal College of Psychiatrists de Londres que muestra, a través de numerosos estudios, cómo los enfermos mentales no protagonizan, en su vida diaria, más actos de violencia que los individuos denominados “normales”.

Aun así, la continua aparición en la prensa de noticias de violencia protagonizadas por personas diagnosticadas (aunque, a veces, no se sepa muy bien de dónde procede este “diagnóstico”) continúan extendiendo la idea de que la violencia y la enfermedad mental son dos realidades inseparables.

Los medios de comunicación: principal campo de batalla

Considerando que la mayor parte de la población nunca tendrá la oportunidad de conocer a una persona con enfermedad menta de primera mano, es comprensible que sus conocimientos sobre esta realidad sean, exclusivamente, los que obtiene a través de los medios de comunicación.

La Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Enfermos Mentales (Feafes) ha puesto de manifiesto en una Guía de estilo algunos de los errores que, por parte de los medios, contribuyen a la estigmatización. Entre ellos, destacan:

  • Los titulares alarmistas o morbosos (p. e. “La esquizofrenia: el monstruo que acecha desde dentro”) .
  • Las imágenes de gente con la mirada perdida o tapándose el rostro que ilustran muchas de estas noticias.
  • La poca presencia de este colectivo como fuente de información (es raro encontrar, en las noticias sobre enfermedad mental, declaraciones de las propias personas diagnosticadas).
  • La eterna vinculación entre enfermedad mental y violencia (sólo interesan las noticias en las que estas personas se ven involucradas en actos de violencia o desorden público).

En este sentido, iniciativas como Radio Nikosia, una de las primeras emisoras realizadas por personas que han sido diagnosticadas de problemas de salud mental, pretende dar voz a los que, generalmente, no suelen tenerla: los afectados. Por medio de distintos medios de expresión y géneros (música, poesía, actualidad, etc.), pone en contacto directo a estas personas con la sociedad, tratando de luchar así contra la proliferación de prejuicios.

Conclusión

Padecer una enfermedad (ya sea física o mental) es, en sí mismo, una dura prueba para cualquier persona. Si, además, esa persona debe luchar contra el rechazo que implica su condición, las trabas aumentan exponencialmente.

Los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad en este sentido, puesto que constituyen, para la gran mayoría de las personas, la única fuente de información sobre la enfermedad mental. Una información veraz y objetiva de esta realidad, alejada del alarmismo y el morbo fácil, podría contribuir a la disminución de los prejuicios. Y, quizás, a mejorar la calidad de vida de las personas que conviven con este tipo de enfermedades.

El copyright del artículo Estigma y enfermedad mental, publicado en Salud mental pertenece a José Miguel Campos Rodríguez. Es necesario el consentimiento expreso de su autor para la publicación o reproducción, parcial o total, a través de medios impresos, online o a través de cualquier otro medio o formato de Estigma y enfermedad mental.

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